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A bote pronto

El bostezo de Europa

El bostezo de Europa

Qué bodrio de final. Había que empezar por ahí, sin dobleces. Mandé varios bostezos durante el partido rumbo a Atenas. Verdaderamente, era muy previsible. Hace dos años depararon un espectáculo pleno de adrenalina y ebulliciones, pero esta vez ni siquiera los goles hicieron parpadear. Bueno, el de Kuyt sí, porque arrojó por un instante a la tentación de pensar que serían capaces de repetir la locura. La historia no es tan caprichosa.

El Milan no fue el de 2005. Estaban Ambrosini e Inzaghi en vez de Crespo y Shevchenko. Entonces perdieron y ahora ganaron. Y a los románticos que nos zurzan. Ancelotti pasó de piropos, se atrincheró, dejó las autopistas abiertas por si Oddo y Jankulovski querían pasar el peaje del mediocampo alguna vez, Seedorf más allá o más acá según la canción que sonaba, y Kaká e Inzaghi sueltos para zarcear. Y zarcearon, claro. Maldini levanta su quinta Copa de Europa sin despeinarse, apenas se le exigió en los 90 minutos. Mientras, Cannavaro se da de bruces contra Uche y demás. La lógica del balón de oro, del que tiene uno y no tiene el otro.

El Liverpool, un peñazo. Mucha libreta, mucho Benítez, mucho ímpetu... y mucha gaita. Llevo toda la noche rumiando lo mismo: es demencial presentarse en la final de la Champions con Pennant y Zenden como extremos. Corren y corren, arriba y abajo, pero llegan a la esquina del área y, amigos, que piense el maestro armero. Centro al área, sin mirar, sin intención, sin recursos... y que sea lo que sea. Que sea nada, obviamente. Ni una remató Kuyt procedente de esos dos, hubiese sido de dibujos animados verlo cabeceando suspendido por los cielos. Pennant parece un muñeco de videojuego antiguo regateando: para, gira y arranca, o cambia de dirección bruscamente en carrera, como con escuadra y cartabón. Horrible. Y Zenden... ni eso. Por cierto, ¿qué hace Gerrard tan arriba? Se convierte en un don nadie jugando como delantero. Pero bueno, como es la milonga esta del Spanish Liverpool y la afición canta muy bonito, hay que ir con ellos, ¿no? Pues no. Un equipo tan mediocre no podía ganar dos Copas de Europa en tres años.

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