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A bote pronto

Oliveira no va de farol

El brasileño debuta goleando, como prometió. Sergio García también hizo doblete. El Zaragoza brilló con la entrada de Gabi, Matu y D'Alessandro

Con ese aire de galán sudamericano, Oliveira entró en escena, avizoró a la chica y le soltó un muerdazo sin previo aviso. Si es que su figura no basta como aviso, claro. Ese aspecto afable de conquistador callejero se transforma sobre el césped en planta de futbolista intimidador, de delantero letal. Así, mandó a la jaula la primera pelota que le pasó por delante. Como una cobra ante su presa. Sigilo y decisión súbita, inevitable. Muerte, gol. Oliveira ya ha lanzado sobre el césped un aviso para navegantes: no iba de farol cuando prometió 20 goles. A ver si se va a quedar corto...

Se sabía que Oliveira había recuperado la sonrisa tras abandonar el Milán para llegar cedido esta semana al Zaragoza. Y, desde anoche, pese a acumular apenas cinco sesiones con sus nuevos compañeros, pese a estar apenas acercándose a su verdadera figura..., demostró haber rescatado filo y pegada. El Zaragoza lo ha rescatado a él y él ya lo ha rescatado todo. O casi.

Oli debutó tras el descanso y en el minuto 58 ya se abrazaba con D'Alessandro, García y demás socios mientras gritaba su primer gol: regalo de Roldán y... a guardar con un zurdazo desde el cogollo del área. No dejen muchos regalos a la Cobra y al Príncipe esta campaña, ni al Cíclope, porque los devorarán al instante y sin piedad. Oli quería marcar y quedarse muchos años si puede ser, compartió en la víspera: persigue sus deseos y va más allá, marcó y fue a por más. Insaciable.

Tras rozar más alegrías en varias acciones de mérito, aceitó su prometedora conexión con Mandrake y aprovechó un balón magistralmente servido a la espalda de la defensa oscense para batir a Larrosa en su salida desesperada. Toque sutil, exacto, sin acelerar una sola pulsación y disparando titulares y portadas. Antes había tirado un caño cremoso en la frontal y soltado un zapatazo picante con la zurda. Qué combinación de sabores.

Segundo amistoso, segundo triunfo. Aprovechando un par de regalos con lazo y ya encontrando más circuitos en su juego en la última media hora, el equipo de Víctor Fernández se impuso sin alardes al Huesca en un duelo de conjuntos en gestación. Longás condujo con criterio, aseo y descaro cada ataque en la primera parte y García apunta a un nuevo romance veraniego con el gol. Hizo doblete: zurdazo cruzado tras caracoleo y penalti.

Del inicio al descanso hubo poco más rescatable en el Zaragoza. Óscar soltó un par de pinceladas de su arte y Pavón se confirma en cada acción como un reserva de lujo o se postula como titular, según se quiera ver. Pero el mediocampo generaba preocupación: fue demasiado plano, sin luz hacia la portería rival ni conductos ágiles. Rodri empató desde lejos y castigó el insulso juego zaragocista de la primera parte.

Víctor movió fichas al descanso y cambió la identidad del equipo. Generelo, Gabi, Matuzalem y D'Alessandro, al tema. Y delante, Oli y García. El panorama cambió radicalmente. Matu y Andy agitaron y abrillantaron el juego, con el rival ya en retirada, pero ilusionando con una temporada de lujos y festejos. Gabi completa el podio en su extraordinaria versión de decatleta ilustrado, capaz de fatigar cualquier zona del mediocampo y llenar de criterio cada decisión. Ese triángulo descoyuntó al Huesca, firme y descarado mientras pudo, de la mano de Dorado, Sorribas, Lafita y Del Moral. Las pruebas ya alumbran una senda y no hace falta redundar en quiénes ni cómo caminan por ella.

AS, 30 de julio de 2007

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